AÚN
Qué
alturas, qué despliegue de mi pluma
podrá
alejarme del dolor, si el vuelo
más
lejano me lleva a tu señuelo,
a esa
estrella perdida entre la bruma,
que un
día con su amor me trajo el cielo.
Fue
pasión y poesía, hoy, la espuma
de un
sueño. Cuando el tiempo lo consuma
sobre
mi playa dormiré su duelo.
Y
volaré a la estrella de aquel cuento
que
escribió mi precoz presentimiento
de este
amor, del milagro de tenerte.
De este
sueño que aún no ha terminado.
Aún
late el corazón, el que te ha amado
y te
amará en la vida y en la muerte.
Mabel Fontau
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