RECREACIÓN
Me
duele este crepúsculo de vida,
cada
aguja punzante en la marea
sobre
el temblor de carne que aún desea
y se
desangra en lenta despedida.
Me
desgarro en la sombra que aletea,
entre
un sol que resiste y la embestida
de la
unánime noche. No hay salida.
Solo la
voz de un sueño que recrea
imágenes
de fuego, que dibuja
en el
alma las letras de un rosario
hacia
el vuelo perfecto e intangible.
La
forma de un silencio que me empuja
a subir
por la cuesta este calvario,
donde
me crucifica lo imposible.
Mabel
Fontau
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