KARMA
Los padres, desolados, visitan
a la vidente. Su pequeño ha quedado ciego y el diagnóstico es irreversible.
La mujer, sumergida en su
mundo, les da una razón increíble. Ellos fueron dos guardias despiadados que
castigaron a un inocente durante la revolución. Ahora sufren las consecuencias
de las acciones de su pasada vida.
La madre, resignada al castigo
de una culpa que no recuerda, dice enseguida: Aceptamos nuestro destino. Pero
nuestro niño, que apenas ha empezado a vivir, ¿por qué debe pagar nuestras
culpas? ¿También fue guardián de ese inocente?
No – responde la mujer – Fue
su verdugo.
Mabel
Fontau
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