Recitado en "Enclave de Palabras"- Mayo de 2010

COMO EN UN SUEÑO

No es fácil no sentirse ajena.
Desorientadas, mis plantas
no encuentran un sitio cierto,
donde escribir mi nombre.
Y es entonces cuando
me llega como en un sueño,
desde algún lugar recóndito,
tu acento de sal y miel, abuela,
diciéndome: No te extrañes,
mi niña, de sentirte a veces
huérfana sobre esta tierra,
donde te han crecido alas.
Ni te asombres tanto,
cuando veas que del silencio
entrañable de tus venas
nacen gaviotas, buscando
un nido en otras arenas.
No habrás olvidado ya
aquel despetar de tu alma
al amor de unos ojos verdes,
ni la leyenda, ni a Becquer
y sus rimas, encendiendo
tus noches adolescentes.
Si aún tiembla tu corazón
con las piedras de la Alhambra,
con la luz de las estrellas
rociando el Guadalquivir,
con Carmen, la cigarrera.
Si se te escapan las manos
y los pies, y hasta la sombra,
detrás de alguna zarzuela.
No te extrañes, ni resistas.
Mira, mi niña, yo sé
que acarician tus oídos,
con eternas serenatas,
las letras de Joan Manuel
y el Paco, con su guitarra.
Y que una danza gitana
suele revolotear en tu cuerpo
igual que unas castañuelas,
tan lejanas, como aquellos
arabescos, dibujando
en el aire de un cortijo,
soleadas tardes flamencas.
Si de mi carne andaluza
has heredado campanas,
repiqueteando en las coplas,
y de mi raza de fuego,
esas chispas que te encienden
cuando piensas en Granada,
también mi sangre ha dejado en
tu sangre, niña mía, la nostalgia.
Por eso, de a ratos, sientes que
bajo tu piel hay voces,
que hablan por ti. Y por ti viven,
que con tus palabras sueñan,
cantan y lloran, Y duelen.
Niña de mi alma, esas voces
son la mía, y la de tantos
que, como yo, en algún tiempo
fuimos tan sólo una lágrima
atravesando el océano.

Mabel Fontau