CALESITA
Un juego sostenido de vueltas
y más vueltas
de un continuo paisaje que a veces no miramos
y siempre queda atrás, pero
siempre regresa
con
otra melodía, tal vez otro compás,
o un nuevo desafío.
El temor primitivo de caminar
el mundo,
aferrarse y soltarse con riesgo de caídas,
un duro aprendizaje buscando
el equilibrio,
brincos, palabras, choques… Y disfrutar el
juego
atesorando amigos.
Aventurar caminos, las manos al volante
de nuestra fantasía, imaginando puertos,
proyectando destinos, con los
sueños prendidos
en las alas abiertas de un brillante Pegazo
en
vuelo a las estrellas.
Sentir que el alma canta cada
nota o silencio,
inmersa
en sus vaivenes, y se expande en abrazos
para lograr su anhelo de
alcanzar la sortija,
esa
llave de sueños, con sus giros felices
de tiempo regalado.
La esperanza, el deseo de
seguir en su mágico ruedo,
hasta que en un momento, en una de sus
vueltas
alrededor del sol, la música se acaba
y se
pierden sus ecos, las luces anochecen,
se
detiene su marcha.
Mabel Fontau
2005
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