Comentarios en la contratapa del libro
Con este libro, Mabel
Fontau, vuelve a retomar el camino del soneto y nos habla, desde una
singularidad plena y definitiva.
Fuego que no se apaga, hace de la vida una ventana abierta, de la imaginación otra manera, del amor una sangre iluminada.
Escribe y se maneja sin riesgos, suelta y comunicante, aún sabiendo que se manifiesta en la tierra de los poetas malditos y de los rimadores infecundos.
Alfredo De Cicco
Fuego que no se apaga, hace de la vida una ventana abierta, de la imaginación otra manera, del amor una sangre iluminada.
Escribe y se maneja sin riesgos, suelta y comunicante, aún sabiendo que se manifiesta en la tierra de los poetas malditos y de los rimadores infecundos.
Alfredo De Cicco
No somos pocos los que creemos que el poema,
como manifestación estética del lenguaje, alcanzó su forma más perfecta en el
soneto. Inventado por el siciliano Jacopo De Lentino en el siglo Xlll y
adoptado en España en el XVl por Juan Boscán y Garcilaso, el soneto ha sido
practicado hasta hoy, por poetas que supieron darle una impronta personal; tal
el caso de Miguel Hernández en España o de Enrique Banchs y Francisco Luis
Bernárdez entre nosotros.
(…)Mabel Fontau, poeta que continúa
cultivando esa prestigiosa forma, lo hace con verdadera pasión de orfebre. Sus
sonetos son producto de una artesanía que la autora ha ido ejercitando a través
de un extenso contacto con esa impecable estructura verbal. Quienes en esta
sociedad tecnológica y desespiritualizada en la que vivimos se identifican
todavía con la belleza y el misterio de la poesía (y estén libres de prejuicios
formales), hallarán en el presente libro el testimonio de un espíritu
extremadamente sensible y refinado que encontró en el soneto su más fervorosa e
íntima forma de expresión.
Antonio Requeni
Antonio Requeni
Edición de Georges Zanun Editores
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