Poema dedicado al cuadro
UN CORAZÓN
Entre luces y
sombras forma el trazo
un solo
corazón, de sangre nueva.
Sólo una piel
humana, un Adán y Eva
libres ya del
prejuicio y el rechazo.
Hermanados por
Dios, chispa votiva,
que unirá sus
dos almas con el lazo
de un amor
concebido en el abrazo
perdurable, la
llama siempre viva.
La fuerza del
amor crece y renueva
el encuentro
de luz, frente a la cueva
tenebrosa del
odio y la violencia.
El sueño de
una humanidad sin gloria,
que ha
arrastrado a lo largo de la historia
la carga de
una cruz en su conciencia.
Mabel Fontau
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