DELIRIO
La
noche se ha dormido sin estrellas.
Los
aullidos del viento
en mis
cristales
plasman
un aquelarre
de
fantasmas danzantes
en mi
bosque de memorias.
Y en un
ritual de estados indecibles
me
entrego
al
interior de lo prohibido
por
esos tenebrosos laberintos
de
angustias y de muerte.
El
olvido reseco entre la nada.
Desde
una fosa insólita de sombras
que
encontraron la luz
hace ya
tiempo
vuelve el
alma a su cielo del presente
sintiendo
que en un sueño
como
Dante
descendió
a las tinieblas del infierno.
Mabel
Fontau
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